La provincia de Córdoba tiene un ritmo especial, de esos que brillan con una luz única y huelen a patios de flores repletos de colores. De los que se bailan a ritmo de guitarra y taconeo flamenco y narran la historia de una tierra que fue, en su día, corazón del califato andalusí. Ahora, en Miradas Viajeras, recorremos tierras cordobesas.

Milenaria y cosmopolita, Málaga esconde miles de secretos que cualquier viajero desea descubrir. Acogedora y creativa como ella sola, sus pueblos blancos, llenos de leyendas, ponen el punto de luz ante los recónditos valles donde la vida discurre plácidamente.
Entre los más de 160 kilómetros de costa y la sierra, la provincia de Málaga esconde en su interior la naturaleza más pura, que guarda celosa la historia de comerciantes y artesanos que, en el pasado, llenaron de riqueza esa tierra, testigo del despegue económico y cultural del Mediterráneo.

Si de Sevilla se dice que tiene un color especial, en su provincia vecina, Huelva, lo que más llama la atención es la luz. Esa luz intensa que, en días claros, con el cielo saturado de un azul electrizante, realza la blancura de sus pueblos encalados y de sus playas, muchas aderezadas de dunas, que le dan un aspecto semisalvaje. Por ello ha sido bautizada como la Costa de la Luz, con lugares de embriagadora belleza como el tramo de Islantilla a Isla Cristina, donde sobresale la playa de Punta del Caimán, con una larguísima pasarela de madera que sobrevuela el paraje natural de las marismas.

Sevilla tiene un color especial… que va mucho más allá del título de una canción. Es el que admira, disfruta y siente todo aquel que se deja tentar por esta ciudad, a orillas del Guadalquivir. Brujulear sin rumbo fijo por el laberinto de callejuelas de los barrios de Triana o Santa Cruz; rendir pleitesía a la Giralda antes de sumergirnos en su monumental catedral (que alberga el sepulcro de Colón); admirar la Torre del Oro; pasear por los Reales Alcázares o inmortalizar la Real Maestranza, uno de los cosos taurinos más importantes de España, es emprender un viaje emocional, por una de las ocho capitales andaluzas.

Mares de olivos y una vegetación que abruma, abre la puerta de Andalucía en la provincia de Jaén. Entre Sierra Morena y las cordilleras Béticas, sus casi 14.000 kilómetros cuadrados guardan en su interior el esplendor de un pasado sin el que no se puede entender lo que es España a día de hoy.
Elegida por fenicios, griegos y cartagineses, en 1.212 la batalla de Navas de Tolosa acabó con los cinco siglos de dominio musulmán, y Jaén se convirtió en un enclave estratégico junto al reino de Granada.

Es la provincia más meridional de Andalucía… y de España. Situada a solo 14 kms de África, continente del que está separada por el Estrecho de Gibraltar, la provincia de Cádiz sabe a fino, a pescaíto frito… y destila la gracia y salero de las chirigotas, el alma de sus Carnavales.

El embrujo de Granada atrapa a todos los viajeros que eligen recorrer sus tierras. Desde su corazón, la capital, hasta las 10 comarcas de las que se compone su tierra, esta provincia guarda secretos, tesoros ocultos y lugares con encanto en cada uno de sus rincones. Mochila al hombro, hoy Miradas Viajeras también hace suya la esencia granaína.

Ubicada entre tierras granaínas y murcianas, la provincia de Almería mira al Mar Mediterráneo con un alma especial. Parques naturales, playas, montañas, ríos, museos y castillos se extienden en cada uno de sus kilómetros cuadrados, y es que, Almería es cultura, historia y naturaleza. Almería es vida.