Hoy vamos a contar una historia de amor que acabó bien, entre un pastor y una estrella, y que tiene lugar en un lugar tan mágico y romántico como son los asturianos Lagos de Covadonga, el Enol y el Ercina.

Entre ambos lagos tenía un pastor una cabaña en donde reposaba tras haber guardado las vacas en el establo. Y muchas noches le gustaba tumbarse en la hierba y otear el cielo viendo el tintinear de las estrellas.

Había una que le llamaba poderosamente la atención por su brillo y con su tintineo parecía que le hablaba al pastor, aunque de una forma recatada. Y éste se fijaba cada día más en ella, pero no se atrevía a mirarla fijamente, como dándole cierto rubor hacerlo.
Ambos parecían tener un diálogo hasta que con el alba aparecía el sol y la estrella se escondía en el cielo.

Pero un día por fin se encontraron. Un día se encontraron las miradas de ambos, y desde entonces se buscaban cada noche, surgiendo una relación amorosa entre ellos.
Tal fue así que, pasados unos meses, antes de que llegase el alba la estrella se descolgó del cielo y acudió a la cita con el pastor, en forma de una bella mujer, y desde entonces ambos vivieron felices en la cabaña.