Esta semana en Otros Mundos seguimos adentrándonos en corazón del Serengeti. Un paraíso natural que posee una gran variedad y cantidad de especies animales y vegetales.

La semana pasada conocimos cómo es la vida en sus sabanas, su climatología, sus habitantes y su magia. Sin embargo esta semana, nos adentramos en un volcán muerto, que posee un paisaje muy vivo.

Esta semana seguimos descubriendo con Antonio Picazo el ¡Gran Cráter de Ngorongoro!

Entre dos emblemas africanos como son las praderas del Serengeti y el monte Kilimanjaro, se encuentra el Gran Cráter de Ngorongoro.

A los pies de un círculo de colinas envueltas en nubes, nieblas y neblinas, aparece un paisaje extraño, plano y, visto desde la lejanía, indefinido, es como si se tratara de un planeta a medio hacer. Es una llanura que, un día lejano y milenario, fue lava y ahora es una sabana ancha y salpicada de lagos. El cráter tiene el mismo aspecto que el tubo de ensayo de la creación del mundo.

Por la mañana el aire es frío ¡y qué frío hace en las mañanas de Ngorongoro! pero a mediodía, los rayos de sol buscan un hueco entre las nubes para poder llegar a reflejarse en sus lagos y lagunas; por la tarde largas y disciplinadas filas de ñus van y vienen por las praderas, los animales acompañan a sus propias sombras, hasta que la noche llega y cubre el cielo del volcán con casi todas las estrellas de África.