En un promontorio, vigilante, se encuentra el punto de nacimiento de esta primitiva aldea milenaria, su castillo. Asentado sobre rocas, sobre la Peña Ayllón, ha visto como a lo largo de los siglos el caserío se ha ido apiñando a su alrededor, escalando, a veces, sus casas las laderas escarpadas defendidas por los fosos naturales de los cauces de los ríos Riguel y Cadenas que la circundan.

Uncastillo es uno de los conjuntos monumentales más importantes de Aragón, tanto por su propia característica de villa medieval, como por el entorno que lo contempla, donde los restos prehistóricos hallados le dan un origen milenario, y donde los romanos también dejaron su impronta, como demuestran los hallazgos de la villa romana de Los Bañales.

Calles laberínticas, algunas con fuertes cuestas, con un entramado a la sazón medieval, acompañando una arquitectura rural autóctona que se ha mantenido así a lo largo del tiempo, permiten recorrer la población, donde admirar sus numerosas residencias palaciegas, como el palacio de Martín el Humano, la renacentista Casa Consistorial, o la Lonja.

Y qué decir de sus 6 iglesias románicas, un patrimonio inigualable, que hacen recordar la importancia que en su momento tuvo esta villa, que llegó a ser un enclave fronterizo cristiano en el siglo XII para navarros y aragoneses: San Martin de Tours, Santa María la Mayor, San Juan, San Lorenzo…, cada cual más bella.